Toma esta copla
que nace por tu orilla
mariscando entre las rocas,
bañá por el salitre
de una tarde de verano
en ese paraíso bajo el cielo gaditano.
En la Caleta,
bendita playa,
donde se pesca y se entierra la caballa
y con mi copla quiero más que nunca
sentirme viñero
como mi padre,
como mi abuelo.
Por esas calles que a la chirigota
perseguí en su día
y sus pasodobles me los aprendía,
subirme a la azotea
donde yo empecé
en ese lavaero
en la calle Lubet
yo me crié en un barrio
donde la alegría
es su filosofía
y una sonrisa
es el pan nuestro
de cada día.
Un barrio de nudillos
en los mostraores
y una Virgen velando
por sus pescadores.
Cuando uno vuelve a su barrio
vuelve al santuario donde se crió
hoy mi copla regresó
a mi barrio de la Viña
y mi pluma se empapó
de nostalgia y de morriña
con los ecos del pasado
de dos niños que crecieron
pero nunca le cantaron
a su barrio caletero.
Así que toma esa copla
que se me llena la boca
que se me llena la boca
cuando digo soy viñero
y me moriré viñero.
Francisco Javier y David Márquez Mateo
‘Comparsa Los ángeles de la guarda’ – 2018