Como en un vuelo mágico
acariciando las aguas plácidas
de esta tierra
con un aire nostálgico
señalando una fecha histórica
se marchó
el bergantín goleta
dichoso de su honra marinera,
el viejo buque escuela
que por to el mundo
los vientos llevan
con gran orgullo tu pabellón.
Y entre la multitud
empezó a resonar
una Salve marinera
como plegaría sincera
para verlo regresar
a este puerto juncal
del que un día zarpó
pa morir en sus aguas
amarrao junto al vapor.
No hay na más gaditano
que ver el Juan Sebastián Elcano
cruzando por nuestra Alameda
con esos marineros
agarraos al faro
sin ningún miedo
arriendo al fin
sus blancas velas.
Y este precioso sueño
puede perderse por interses de otras personas
pero el buen gaditano
ese que no abandona
luchará si puede con toa su alma
para que Elcano nunca se vaya pa Barcelona
La agrupación y Antonio Martín García
‘Cuarenta en bastos’ – 1987