La ilusión de una madre cuando le está planchando
un disfraz a su chiquilla porque va a pisar el Falla,
la emoción de quien esta letra la está escuchando
desde un país muy lejano arrimado a una pantalla,
el entusiasmo de quien tras muchos intentos
siente en sus manos las entradas ya por fin,
las carcajadas que se desparraman
y resuenan como una campana
cuando estalla un cuplé con su gracia gaditana.
“En la Ciudad de Cádiz”
un grupo va a escuchar su nombre en el fallo
y al mismo tiempo alguien llorará de rabia
en la esquina de un ensayo,
el beso que en Candelaria
se dan dos chirigoteros
que hasta ayer fueron rivales
pero que hoy son compañeros.
Ay, y el fuego enorme
de un gallinero preñaíto por la gente
que se levanta por el calambre de un pasodoble.
Ay, y el cosquilleo
de un pasacalles de nerviosos corazones
cruzando el arco hacia el Coliseo
o la comunión coplera
de una noche en la Alameda
con la luna temblando en el mar.
Estas son las emociones sagradas
las cosas pequeñas y enormes
que tú y yo sabemos
que le dan sentido a esto,
pasiones de nuestra fiesta,
secretos de este misterio
que nos unen con el lazo
más bonito y verdadero.
Y si no entiendes
a qué viene mi arrebato
entérate ya chaval
que eso es el carnaval
y no el fanatismo y la mediocridad
que están pudriendo este teatro.
Miguel Ángel García Argüez y Raúl María Cabrera Fernández
‘Los colgaos’ – 2024