Cuando aprieta la calor
yo me suelo refrescar
tomando baños de sal
en mi playa caletera,
que es mucho más divertida que el AquaPark
y aunque no haya tobogán,
tiene una resbalaera.
En ella es donde yo voy a veranear,
ya que no tiene que envidiar
ni a Ibiza ni a Punta Cana,
porque tiene mi Caleta un Puente Canal
que lo atraviesan para pescar
los barcos de las caballas.
Y su escollera
guarda los indicios
de cuando el Fenicio
clavó su bandera.
Sus dos castillos
como en un regazo
le dan un abrazo
a la Luna Lunera.
Quién pudiera convertirse en Mojarrita
pa vivir siempre a tu vera,
o en la espuma de la orilla
que acarician tus arenas,
y se encienden de colores
cuando el sol muere en el mar.
Quien pudiera una tarde de verano
cuando aprieta la calor
que se detuviera el tiempo,
que se parara el reloj,
y es que no se que me has dao
que por ti daría mi vida
tirao en la arena como un gladiador.
Antonio Rivas Cabañas, Francisco Abeijón Ramos, Mario Rodríguez Parra y José Manuel Gálvez Núñez
‘Los gladiadores de la Caleta’ – 2007