Será que el alma de esta tierra
es la misma que la mía,
que si me repican las palmas
me vuelvo loco de alegría;
será que la canción de cuna
que mi abuela me cantaba
era una copla tan bonita
que al acabar me despertaba;
será que en vez de enseñarme a trabajar
me enseñaron a vivir
más allá de la desgracia
y, en el patio de mi casa,
como era un patio tan particular
no me dejaban llorar;
será que a mí las campanas
no me sonaban a muerte;
será que tuve la suerte
que me echara una gitana.
Cuando me dijo: Flamenco,
quédate en Andalucía
que aquí la tristeza
se pinta de lunares
y si falta riqueza
sobran los carnavales.
Será porque he nacío
andaluz y flamenco
que de morir por vivir
como siempre he vivío
no me arrepiento.
Juan Carlos Aragón
‘Flamenkito apaleao’ – 2000