Eres la espuma sobre la ola que va rompiendo,
eres el barco para un pirata cuando navega,
eres el agua para la tierra
y eres la trenza que en una almena
una princesa le cuelga a su amante que intenta subir.
Eres el vientre para el que nace para la vida,
eres la sombra que en desierto me refrescó.
Y a ti, déjame que a ti te diga
que me matas si me miras
que tus ojos son espinas
que tus ojos son espinas
como puñales al corazón.
Que tus labios al sonreírme
me mantienen la esperanza
de pagarte con mil besos
que en París saben mejor.
Eres una guitarra a las manos,
eres humo de una chimenea,
eres diosa que a veces se viste como pantera.
Eres viento viento para los molinos
y eres fuego que enciende mi piel.
Eres dulce que nunca empalaga,
eres luna, tu luz y tu raza,
eres todo lo que deseaba
y soñaba en la vida para una mujer.
Fernando Migueles Santander
‘Los sudamericanos’ – 2015