Ya sonaron las doce
y el terror de la noche
cae sobre el sintecho
que en su lamento su rabia esconde.
Bajo el cielo más negro
Cádiz oculta sus torres
y se mece el sueño
del pobre más pobre.
La bruja malvada de viento y de frío
provocan hastío
porque la vida nunca fue justa
sintiendo en el alma
clavado el mordisco
de tantos vampiros
que hasta el mismo abismo le empujan…
Y a rezar de nuevo
que no aparezca algún lobo
con piel de cordero
queriendo jugar un poco.
El Calor en la noche
de un ángel recorre
las calles vacías,
la Cruz Roja socorre
y ayuda con las cofradías.
El terror se esconde
llegando la luz del día.
Una realidad
que al llegar el invierno
los mata, los mata, los mata
y no buscamos remedio
mientras seguimos volviendo
la cara, la cara, la cara.
Luis Manuel Rivero Ramos
‘Al sonar las doce’ – 2020