Ayer era uno de los días en los que hay un ambiente especial y es que el perro andaluz de Martínez Ares aterrizó en el Falla y cayó de pie. Una apuesta muy simbolista para recrearse en mil detalles que sigue apostando por la línea barroca de comparsa alejada de los cánones y del estilo que hizo a Martínez Ares ser un autor de multitudes. Sea como sea es innegable su calidad literaria, eso seguro. También brilló con luz propia el coro de Patrana, que viene dispuesto a llevarse un primero, ya que lució un repertorio completo y un conjunto de voces muy compacto y mejor vocalizados que en anteriores propuestas, apuntan alto. En menos medida también destacó la chirigota del Lacio, especialmente en algunas cuartetas del popurrí y en el segundo pasodoble dedicado a Manolo Cornejo. El resto de la sesión bastante más normalita sin nada destacable.
Vuelve a ver cada actuación.