Hoy toca el turno de la comparsa de Antonio Martín que se despedía de la modalidad con la clasificación más baja de su historia: la novena (que no está nada mal). La comparsa mezclaba veteranía y juventud y os dejamos con un pasodoble donde muestra una vez más su amor por la Caleta.
Vente conmigo, chavea,
vamos a dar un paseo
que quiero que tú la veas
lo mismo que yo la veo.
Y dices, locura mía,
cuando hablo de maravilla
y engarzo esta letanía
paseando por su orilla.
Y contemplando sus barcas
que parece que me hablan
mientras que bailan sobre la mar.
Canta Paco Alba
“tú no me llores paloma mía
que tu marinero vendrá
en cuantito amanezca el día”.
Y Pedro Romero que, entre las olas,
sigue acurrucando a su caracola.
Mientras que en honor a Enrique Villegas,
igual que quince luceros
se encienden sus quince piedras.
Y la luna que
con el faro, enamorá,
besos de plata se dan.
Y al amanecer
con la luz del Sol
llegan los viñeros.
¡Qué luz!
Y al ponerse el Sol,
tiene que ser Dios
quien pinte ese cielo.
Que no se conoce
tanta belleza y tal majestad.
Comprendes, chaval,
ahora que la ves como yo la veo,
la diosa del mar
que se hace inmortal.
Y aunque ya esté viejo,
hoy de nuevo contemplando su mar,
bendita mi suerte,
vuelvo a gritar:
¡Que muera la envidia,
viva La Viña, soy caletero,
soy caletero, soy caletero!
Antonio Martín García
‘Ley de vida’ – 2017