La ganadora del año pasado no pudo entrar en la final en este año. La comparsa de Juan Carlos Aragón traía una propuesta a ritmo cubano con dulzura en su ejecución y en su forma. Os dejamos con un precioso pasodoble a las playas gaditanas de ‘La guayabera’.
Playa dorada,
playa perdida,
Playa de vida
y juventud.
Playa canalla,
playa encendida,
Playa amarilla,
plata y azul.
Otoño de playa desierta,
de recuerdos náufragos,
de novias muertas,
de marea llena
de melancolía,
de marea vacía,
de la sombra fresca,
la tuya y la mía.
Oh, playa de noviembre,
a solas con el faro
de tus ojos claros
al sur de tu frente
con una única roca importante,
eterno templo de los amantes.
Y cambia el año y perdura la playa,
y cambia el siglo y perdura también
todo pasa y todo llega menos las murallas.
Playa que calla al llegar el invierno
para que suene la gran tempestad,
la única canción que cantan cielo con infierno.
Ay, cuando vuelve la brisa
de primavera temprana,
vuelve a brotar la sonrisa
en la playa gaditana.
Y en el verano Victoria,
igual que la historia
continua de un sol,
que como él mismo prefiere
por Cortadura nació
y en la Caleta se muere.
Y en la Playa Las Mujeres
entretiene su jornada
pintando a Cádiz toda plateada
para que brille sobre la mar.
Cuando dicen que la cara
es el espejo del alma,
un Gaditano
mira la playa
y ve la cara
de su ciudad
y en esa misma cara,
el fondo de su alma,
que es el alma de la Tacita de Plata.
Juan Carlos Aragón
‘La guayabera’ – 2016