Hoy que me he sentado otra vez
con un boli y un papel
para escribir tres renglones
como siempre
buscando la inspiración
para ponerle color
tarareé el pasodoble.
Y cuando empecé
la emoción otra vez
desgarró mi garganta,
yo no sé que tendrá,
si lo voy a cantar
hasta el aire me falta.
Y como no entendía
cómo una melodía
puede hacer que me arrugue
y me tiemblen las manos,
sólo con escucharla
veo el Cái del que hablan
todos los gaditanos.
Escuchándola cierro los ojos
mientras me imagino
un paseo por la mañanita
por San Juan de Dios,
el ambiente que tiene la Palma
cualquier dominguito
y los niños corriendo y jugando
por el Corralón.
Y recuerdo el día que viniste
para presentarlo,
entendía que jamás como tú
algún día seré
porque estas melodías
las mamastes el día
que viniste a nacer.
Por mucho que lo intente
no faltarle talento
si no estar a la altura
no es por ser sevillano
porque para componerlo,
este gran pasodoble,
hay que ser gaditano.
* * *
Juan Carlos Vergara León y José Antonio Alvarado Ramírez
Los niños cantores de viena o de Manolete, 2011