Sé de muchos comparsistas
que son carne de cañón
de prensa rosa
con sus aires de revista
y sus gargantas que son
maravillosas.
Al igual que los castrati
cantan con los Caballati
en los tonos más agudos,
con constantes gorgoreos
y un pedante postureo
más que inmaduro.
Son preferencia y estandarte de la fiesta
y sin ellos pos la fiesta no sería tanta fiesta,
falsos son los Bustamante
y los Cristiano Ronaldo
del compás y la octavilla.
Luego se cambian
to los años de chaqueta
renegando de su grupo,
renegando del poeta
porque se pasan las coplas y las letras
por la misma campanilla,
y en actitud de Tenorio
castigan al auditorio
chillando los repertorios
y aunque el mensaje se pierde
le vayan dando al poeta
y a lo que digan las letras,
que dicho sea de paso
ni ellos mismos las entienden.
Dónde queda la elegancia
de don Antonio Alemania
o Albaiceta con el Puerto,
el señorío y el brillo
de Antonio y Pedro Trujillo
y de otros grandes maestros
que cuando yo era un chiquillo
me acabaron embrujando
y que cuesta compararlos
con todos estos niñatillos.
Eran mejores cantando,
eran mejores cantando,
más humildes y más sencillos.
José Antonio Vera Luque
‘The Cádiz post times, el periódico de por la mañana pero no mu temprano’ – 2011