Mi recuerdo no se pierde
por la plaza la Cruz Verde
donde quedó mi memoria
también mi primera novia
y mis amigos de siempre.
Antesala de la viña
fiel testigo de mis riñas
muchas alpargatas rotas,
muchos juegos de pelota
y los ojos de una niña.
Pasodobles en la acera,
bocadillos de manteca,
oler sardina en arenque
en un almacén cualquiera.
Casa Lucas, Gavilán y la viñera
callejones de cardoso,
casapuerta de mi casa,
un balcón donde mi mare me miraba
por detrás de la persiana
controlando qué pasaba.
En tiempos de carnavales
cruzaba la calle entre serpentinas
temblándome con las notas
que las chirigotas
lanzaban al viento en tus cinco esquinas.
Con el paso de los años
te quise escribir…
Me acordaré siempre
Calle San Vicente
mi primera guerra con Antoñito Martín.
Los cuplés que Agüillo aquí escribía
suenan todavía…
Plaza la Cruz Verde me acuerdo de tí.
Luis Ripoll Lázaro
“El tren de los escobazos” 1996
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1 comentario
[…] En esta comparsa escribe uno de sus pasodobles más emotivos: el que dedicara a su infancia en la plaza de la Cruz Verde aunque nos quedamos hoy con esa historia de la loca hecha […]