Ya no va Peter Pan
al atardecer
volando hasta el árbol
que está en el Mora
que está en el Mora.
Ni los hermanos Marx
buscando su hotel
porque Capuchino
pasó a la historia,
pasó a la historia.
El tiburón sangriento
ya se hizo viejo
y con la resaca
se recostó en la piedra cuadrá
y lo cogió Eduardo
para aliñarlo con pitiñaca.
Sobre la pantalla
aún queda el recuerdo
que dejó la bala de algún pistolero.
Mira, que ya no hay guerra en las galaxias,
que todo el techo de luceros
que no hay estrellas con más gracia.
Yo fui aquel D’Artagnan
que te vio en la Palma
y apuntaré mi acero
ca vez que quiero sobre la alaja.
Cada año es un misterio
si King Kong viene al estreno
o si el Batman gaditano
te echa una mano, viejo Caleta,
y te salva otro verano
del terror de las piquetas.
Guarda besos y llantos,
los sobresaltos, las pajarracas,
cuántos sueños en tecnicolor
de monstruos de mil batallas,
de amantes y espadachines
que tus palcos de azotea
hoy te jalea tu vecindario
cine de barrio,
barrio de cine, barrio de cine.
José Manuel Sánchez Reyes y Antonio Martín García
‘El habla de Cádiz’ – 1997