Navega, navega
mi barco al compás
lo marcan las olas,
las olas del mar.
Navega, navega
mi barco al compás,
un tango de Cai
que quiero a rabiar.
Otra vez me ha empujado el viento
pa que te traiga mi buque escuela,
otra vez siempre navegando
a compás de tango hasta que tú quieras.
Mi velero se abraza a tu puerto
cada febrero, cada febrero,
mi velero por ti se disfraza
y se vuelve coro de Carnaval.
Este coro que con el tiempo
y a través de su singladura
ha reunido en esta aventura
al amigo y al compañero.
Dígame usted
si en otro velero
comandantes y marineros
son uno mismo para cantar.
Igual luchan los nuevos coristas
que Manolo Marzán y Minguelo
aquí luchan lo mismo que el Chispa,
que Juan Lucena y que Juan Rivero.
Gente sana y pa mí guente vuena
porque Cádiz va por sus venas
no me digan que toda su entrega
no es pa que quiera pedirle a Dios
que nunca falte su fuerza
pa que este coro navegue avante
y junto a mis compañeros
todos los años pueda decir
y repetir que aquí está este coro
que no descansa, que no descansa
por muchas vueltas que dé a la plaza
cualquier domingo de Carnaval.
El que sabe que siempre la gloria es muy pasajera
y esta mar es tan traicionera
que me importa quedar encallado,
que me importa quedar encallado
junto a tus piedras
si con mi tango estaré abrazado
pa toa mi vida, pa toa mi vida
a tus escolleras.
Antonio Rivas y Julio Pardo
‘Buque escuela’ – 1996