A, ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah…. Aserejé
Sopla fuerte levante
en la Mancha ha amanecío
en casa de Don Alonso Quijano
se escuchan unos chillíos:
“Yo lo mato al tío”
Fuimos a sus aposentos
los vecinos asustaos
lo encontramos dando gritos
de la lámpara agarrao
“Oh, no está tú corgao“.
De la lámpara colgado
dos cositas le asomaban
por debajo de la bata
y los niños entusiasmaos
con los palos preparaos
pa pegarle a la piñata.
“Veo gigantes, veo dragones,
veo que nos quieren quitar los botellones
¿No es pa vovlerse loco, cojones?”
Aquel día decidió hacerse caballero andante
aunque él no lo decidió porque lo decidió Cervantes
se hizo de una armadura y de un caballo impresionante
y como aquel caballito relinchaba tan bonito
po le puso Bustamante.
“Ya soy un gran caballero” dijo de pronto
“lo único que me falta es buscarme un tonto
que sea fiel compañero de mis andanzas”
Y fue a pegarle el toque a Sancho Panza.
– “Sancho, tengo pa tí un trabajito
puntero, puntero,
¿tú quieres ser mi escudero?”
– “Po ji, pero me tiene que deci
cuando va a haber de asqui”
Sancho quería una nómina en condiciones,
tres pagas extraordinarias,
dos meses de vacaciones,
y Don Quijote le dijo:
“Si quieres fijo te hago
pero las dietas no te las pago.
Yo te prometo mil aventuras
que serás siempre mi compañero
que dormiremos bajo la luna
y el mismo cielo,
te daré todo mi cariño
y mi vida daré por tí”
Y entonces todos pensamos
este es Guardia Civil.
Partieron por caminos y senderos
Don Quijote y su escudero
en busca de aventuras
hacía una calor de envergadura
pero él como si nada,
por cojones la armadura.
Le dijo su escudero preocupado:
“Quítesela usted un ratito
que estará recalentado”
Y cuando le desmonta la armadura
tenía la cabalgadura
como un plato combinado.
Tras dos horas de camino
llegaron a una colina
y allí mismo su merced
ya empezó con las pamplinas:
– “Mira, Sancho, los gigantes”
– “Mi señor, son tres molinos”
– “Po yo creo que son gigantes”
– “Po pa mí que son molinos”
– “Son gigantes”
– “Son molinos”
– “Son gigantes”
– “Son molinos”
“Po cógeme el pepino”
– “Sancho, son gigantes y tenemos que luchar”
Y Sancho le dijo:
“Cucha, a mí no me meta en na”
– “Si no quieres venir po te quedas donde estás
pero anímame por lo menos”
y Sancho empezó a gritar.
Papapa papapa papapa…
“Don Quijote eres el mejó… pom pom…
sigue ahí, sigue ahí, ole tus cojones ahí”
Venía sin el casco
entero deshollao
y encima venía diciendo:
“has visto la que le ha dao”
pero tuvo que aprender
de lo que había sucedido
porque vio a Pau Gasol
y dijo: “Sancho, ira, un molino”
Como la noche encima se le echaba
se refugiaron en una posada
pero no había habitación ni na
y se alojaron en el pajar
y yo no se si fue cosa de brujas
pero don Quijote se clavó la aguja.
Pa lavarlo lo metieron
en un baño de cinc
y al llegarle el agua al sitio hizo ajín.
Don Quijote se encontraba
en el baño tan contento
que salían del agüita
más pompitas por momentos
y no había jacuzzi
en esos tiempos.
Mientras Sancho le huntaba
“Trambocid” en los chichones
para dentro él pensaba:
“Manda cojones”
– “Sana sanita culito de rana
y a ver como pagamos esto mañana”
Y a la mañana siguiente
antes que saliera el sol
don Quijote se despertó
y le dijo a su escudero:
“Sancho, fuera te espero”
Sancho se dio la vuelta y cuando se despertó
no vio a Don Quijote y dijo:
“Anda, otro marrón”
Por la puerta ya salía y le dice el posadero:
-“Quillo, ¿y el dinero?”
– “¿El dinero? yo no llevo monedero, yo soy el escudero”
– “Ni escudero ni carajo,
o me pagas ahora mismo o te pongo bocaabajo”
Sancho vio la papeleta y dijo:
“Aquí se paga con tarjeta”
Ya está bien de cachondeo,
voluntarios pa un manteo,
y salieron más de diez,
a la una, a las dos y a las ….
Cervantes cojones, borra esos dos renglones.
El posadero por impago lo denunció
y la denuncia le llegó, como no, al Juez Garzón
que pa que lo detuviera
mando a la Santa Hermandad
que es lo que hoy en día es
la Pulicía Nacional.
Prendieron a Don Quijote al alba
y a empujones lo metieron en una jaula
se llevo todo el camino dando quejas
y cantando el estribillo de “Entre Rejas”.
Y como en ocho minutos
no cabía el libro entero
aquí se acaba la historia
de Don Quijote y de su escudero
y aunque ya nos marchamos
no nos despediremos
que tú ya sabes donde nos vemos,
sólo me queda decir….
Francisco Javier y David Márquez Mateo
“Don Quijote ConCervantes y Colorantes” 2003