Guitarras, bandurrias y laúdes
le dan vida a nuestro tango,
que este año por Puerta tierra
de barrio en barrio vamos cantando.
La Viña con sus cosillas
me roba mí los cinco sentíos,
cinco sentíos,
al verla ya se me empiezan a despertar
muchos recuerdos del Carnaval
viendo sus calles tan estrechitas,
un laberinto que lleva al mar.
Al oír el compás de una chirigota
y escuchar unas voces que se hacen copla
de tangos que no dejan de sonar.
En la Viña se huele
el oleaje de la marea,
huele marisco, barquilla y brea,
tiene su olor,
el olor que desprenden sus azoteas
a ropa blanca que las viñeras
tienden cantando si sale el sol.
Un olor a claveles
tiene to el barrio entero
porque va por La Palma
el Cristo viñero
y para sabores
yo quiero me muero
con unos buenos erizos
y unas caballitas asás.
Casi na,
si esa niña, la de ese barrio
toco su cara, toco su pelo
con pasión, ilusión, con amor
besar esos labios de caramelo
qué más te puedo contar.
Es verdad
que aunque vengo de Puerta Tierra
cuando te veo
yo me vuelvo loco perdío
y por ti pierdo,
pierdo los cinco, cinco sentíos.
Antonio Miranda y Juan Antonio Lamas
‘De barrio en barrio’ – 2002