Venga, Mari, date prisa
que no me quiero perder
para un año que no salgo
ver los coros a pie.
Aparcamos en el Campo
y a las doce menos diez
ya estaba yo en el Merodio
en to el jolgorio
dispuesto a ver.
Tantos años arriba
cantando a Cai
se me había olvidado
lo que siente el pueblo
con sus coristas en el mercao.
Hay que ser de Cai
pa poderlo comprender.
Escuché a la Viña
con su peazo tango
prepárate, niña,
que luego viene el de Julio Pardo.
Los Tutilimundi me hicieron vibrar
y hasta afiné mi garganta
pa gritarle un ole al de Puerto Real
y al coro mixto que viene de la Isla de la sal.
Quise ser el buen aficionado
el que entrega su cariño
tan solo por un cantara.
Cuando al fin me pude dar cuenta
ya estaba yo de vuelta pal barrio
jurándole a mi parienta
con lágrimas en los labios.
Ay, ay, ah…
tendrán que matarme, Mari del alma,
pa que otro año no esté en la plaza
con to los coros cantando tangos, cantando tangos.
Antonio Segura y Adela del Moral
‘Tracaná’ – 1993