Si el negro nunca existiera
el blanco solo no sería nada,
ni el viento sin su bandera
nada tendría para ondearla,
las penas sin alegrías,
y grandes torres sin sus campanas,
dime para qué te sirve
tener el oro sin la medalla.
De nada te serviría
el horizonte sin la esperanza,
ni las luces sin las sombras,
ni la nostalgia sin la vejez,
ni la noche sin la luz de la mañana,
tener fuego sin el agua,
tener agua sin la sed.
Dime lo que sería de la sonrisa
si el llanto no estuviera pa desahogarla.
Dime tú qué sería del cielo
sin estrellas que lo pintara.
Dime lo que sería de la pobreza
sin la riqueza, la paz sin guerra
y la justicia sin el dolor.
Qué sería de la luna
sin el sol que la despierta,
el corazón sin cabeza
y las promesas sin las palabras.
Qué sería de la tierra
sin la hoz para labrarla,
de la herida sin la lanza.
Qué sería de la flor
si no existiera el olor,
qué sería del infierno sin el alma
y qué sería de mí
si no te tuviera a ti
gaditana, yo sin ti no sería nada.
Fernando Migueles Santander
‘Big band’ – 2004