¿Quién viene a mi bosque a despertarme?
¿Quién rompió el silencio de esta tarde?
¿Quién con sus manazas me despeina?
¿Quién coge mis hojas y se las lleva?
Viento de levante
que empujas con rabia,
que haces que me arranque
de mi casa.
Viento de levante
que soplas comparsa,
ya me envenenaste
la savia.
Sol dame tus fuerzas,
te daré mis miedos,
viento de levante
¿Qué es lo que me has hecho?”
Quédate mi tumba,
tráeme una garganta,
que vuelvo a mi tierra,
vuelvo a mis entrañas.
Llévame a mi tierra
que quiero ver una vez más
como muere el sol al caer la tarde.
Llévame con fuerza que mi alma pesa,
que tal vez sea la última vez que haga este viaje.
Viento de levante, eres serpiente,
que volviste a darme la manzana,
la fruta prohibida de las coplas
que en febrero a mi me matan.
Si los dioses me echan de este paraíso
qué dulce derrota vuelve a estar contigo,
si los dioses me echan volveré a mi exilio,
que nadie haga leña de este árbol prohibido.
Constantino Tovar Verdejo
‘Las estaciones’ – 2004