Con permiso de todas las que cantaron anoche, este pasodoble y el momento que se vivió con él y tras es digno de resaltar, no es la copla del día, es la copla del año: la despedida de don Antonio Martín García.
Perdóname Cadiz mío
pero esta es la última noche,
ya lo tengo decidío
no me hagas ningún reproche.
Aquí termina la historia
del niño de San Vicente,
del canastillo de gloria,
Placita de la Cruz verde,
del tanguillo gaditanos,
del cargador gaditano,
del parlamento del Gavilán,
del barrio la Viña,
de los compases chirigoteros,
de la Rosarillo de la Carmela
y de los te quiero,
de la vida entera en una guitarra,
de la rosa que le partiera el alma,
de los besos robados a ese poeta,
de las coplas al tres por cuatro,
del pregón de la Caleta,
de aquel niño que
hace medio siglo ya
aquí te empezó a querer.
El que te cantó
con el corazón gaditaneando
a decirte adiós
con el corazón te dice llorando
déjame que vuelva
junto a mis hijos y con mi mujer.
No hagas más difícil
Cádiz del alma esta despedía
yo te juro que te he entregado todo lo que tenía
y aunque ya me vaya de noche y día
si tú me llamas te rondaré,
igual que el Levante por tus esquinas
ay tierra mía, ay tierra mía, ay tierra mía.
Antonio Martín García
‘Ley de vida’ – 2017