Otra vez le toca
yo como si nada
me dispongo a hacerlo
y de nuevo siento
miradas clavadas.
Yo sigo a lo mío
pero en mis oídos
hay lenguas viperinas
que hacen que se revuelvan
mis cinco sentidos.
No tendrá otro sitio
qué se ha creído esta,
aquí en medio la calle,
valiente sinvergüenza,
será una cualquiera
no tiene conciencia
le gusta exhibirse
y que todos la vean.
Repito sin pensarlo
donde pille lo hago
no tengo que esconderme
si ves un insulto
pa mí es un regalo.
En cuanto me lo pida
otra vez se lo entrego
ya sea en pleno parque,
una terraza cualquiera
o en el parlamento.
Es mi cuerpo
y en mis ideales
ahí mando yo
no es ningún capricho.
Por mi amor más bendito
por luchadora
lo necesito
y si a usted le molesta
yo así lo reivindico.
Carretera y manta
a mí me da más miedo
aquellos que ante ello
al verlo se espanta.
Él es mi vida
no existe estampa más bella para una madre
que acurrucarlo en mis brazos
y amamantarle.
No miro
en qué sitio le entra hambre
tú qué tienes
en tu mente tan retorcía
dime qué tienes
para ver con malos ojos
lo que fue siempre
la señal más grande de cariño
sigue mirando
como le doy el pecho a… pecho a mi niño.
Kike Remolino
‘Los campaneros’ – 2018