Me has pedido de tu boca
una dulce musiquilla
que alimente al pasodoble
y que quede por sencilla.
Lo escuchamos de tus labios
aquí la traigo, ya sabes
siéntela como el pellizco
que en los cachetes te da una madre.
Piénsala como el vaivén
ay, de las olas, ay de las olas,
que se te vayan los pies
con cada nota, con cada nota.
Súfrela como hago yo
en cada suspiro de cada verso
de cada copla.
Sabes que te quiero, como te quiero
Sentrañas mía
y como te quiero, como te quiero
traigo la lección más que aprendía.
No me abandones ahora en la orilla
porque es que me veo con otro quereres
me veo de celos envenenado
ya vendí mi alma
no me mires pa otro lado.
Me arranqué las malas hierbas
ay, Tacita, échame cuenta
porque me tienes
porque me tienes encadenao.
Enrique García Rosado
‘Los encaidenaos’ – 2020