Ya ha sonado nuestra falseta
y ya comienza mi nuevo tango,
me domina la incertidumbre
porque no sé si te va a gustar.
Tú no puedes ni imaginarte
lo que he sudao para lograrlo,
el tango es el sello de mi ciudad,
el tango siempre lo ha sido y será
bandera del carnaval.
Y aunque llevo saliendo en coros bastantes años
me parece que estoy aquí por primera vez
que a pesar de que soy perro viejo
cada año me siento tan nuevo
que de mí se apoderan los nervios
cantando a la tierra que me vio nacer.
Tango, cuando canto un tango,
yo soy como Cai, soy como la mar,
como las murallas,
soy el pescador, yo soy la barquilla
y soy la caña.
Yo soy la copla sentía
que dice adiós a los marineros,
yo soy la voz del vigía
cuando los barcos llegan a puerto.
Me siento como la calma y la tempestad.
Cuando yo canto mi tanguillo
me vuelvo duende de serpentina,
yo soy disfraces y papelillos
que van bailando por las esquinas.
El tango es señor y dueño en mi carnaval
el tango me da la fuerza como corista
y aunque mi garganta no lo resista
quiero llevarme cantando tangos
toda mi vía, toda mi vía.
Antonio Rivas y Julio Pardo
‘Guanahaní’ – 1992