Si un obrero corta un puente
es un alborotador
pero si algún dirigente
ordena un cierre que es inminente
es un ajuste muy consecuente
con el progreso de la nación.
Es peor tirarle piedras a la policía
que andar cerrando toda una bahía,
según nos cuenta la televisión.
Cómo va a ser lo mismo
cuatrocientos despidos
que con un tirador
romper algún farol
por el pan de tus hijos.
Y en Cádiz por lo visto ya se nos ha olvidao
que gracios a esos golfos nuestros astilleros no están ya cerraos,
y es gracias a esos golfos que tiran tantas piedras
que todavía tenemos algo de currelo en esta santa tierra,
por eso hoy repetimos gritando contigo:
Izar no se cierra.
Francisco Cárdenas, Ramón Peñalver y Paco Rosado
‘Paco, baja aunque sea en pijama’, 2004