Aquí encerraíta
entre mis murallas
yo me vuelvo loquita,
febrero me canta.
Desde mi atalaya
de cal y geranios
mientras peino mis canas
contemplo mis barrios.
Qué alegría me da
si disfrutan en mis calles
y miro pa atrás
recordando carnavales,
ay, carnavales.
Que no hay belleza mayor
ni noche más bullanguera,
la loca carnavalera.
Que no hay dios ni ser humano
en esta vida que se invente
la carita de una luna
como la de la lunita
que se acuesta entre mis sueños
y sus ganas de quererme.
Que no hay dios ni ser humano
que llegara a enloquecer
como yo me vuelvo loca
con cualquier atardecer.
Mi pelo blanco,
mi voz bajita, mi paso lento
y mis ventanas abiertas
para que salgan tantos misterios.
Que sepa el mundo
que soy la reina
y soy la dueña
de los febreros y los carnavales
ay, que más loquita no pue ser naide.
José Antonio Valdivia y Juan Manuel Romero Bey
‘La loca’ – 2006