Me paseaba una noche
por la Alameda Apodaca
y desde la balaustrada
yo veía la luna
jugar con las barcas.
Al pasar junto a la fuente
del niño que tiene el pez
flotaba sobre sus aguas
y pierrot de trapo
y fui y le ayudé.
-Dime tú qué te ha pasao
y quién te ha tirao
a esas sucias aguas
anda y vente que hace frío
y caliéntate en mi casa.
Seca ya tu llanto,
no te desesperes
y no tiembles tanto
por los desencantos
y dime quién eres.
-Carnaval yo soy-
él me respondió-
y me muero lentamente
y conmigo muere
una tradición.
Y cerrando sus ojillos
de pena y de frío
se murió el pierrot.
Pedro Romero y Aurelio del Real
‘Con gancho’ – 1987