Envidia poco sana de nuestro hermano El Puerto
que a Pedro y a sus majaras como a maharaja
nombraron una plaza que en vida su leyenda agrandará
dejando una huella perpetua marcada en su pueblo natal.
Qué pena en la orillita de enfrente, Santa María,
su tocayo Romero la misma suerte no correría
porque a nuestra alcaldesa, rubia y forastera,
no le duele ni dolerá las cositas que Cádiz encierra
ni la gente del carnaval.
Quizá fue porque el poeta maricón, rojo y rebelde
gritó la autonomía de mi Andalucía y Teófila eso no lo siente,
quizá fue porque en su infancia en sus calles no sonaron
Rumberos de comparsa y Con gancho que canta
que vuelva que el Cano es gaditano
Fue cuando sus vecinos un busto le prepararon
cuando el Ayuntamiento se subió corriendo al carro
Se nos ha ido el poeta
pero qué envidia me dio de El puerto
porque en Cádiz los honores
sólo se sirven después de muerto,
después de muerto.
Germán García Rendón
OBDC Monstruozz!, 2014