Como ven me llevé
la música a otra parte,
de nuevo es un placer
el venir a cantarte.
Traigo en el corazón
todo un rosario de coplillas,
que, por ser tan sencillas
alguien las despreció.
Así que me embarqué
con nuevas ilusiones
a acerte un pasodoble
sin libros de instrucciones.
Cantando sin chillar
que aquí no hay nadie sordo,
yo pongo la pasión desenfrená
pongan ustedes el morbo.
Y un febrero y otro más
y mil coplas que escuchar,
unas se hacen inmortales
y las canta el pueblo.
Las otras arderán
junto al Dios Momo en el fuego.
Y en este gran Carnaval
que es tan internacional
qué chungo hacerle un piropo a Cai.
Pues mire si mi delito es cantarle a Cai
po yo canto a Cai, yo le canto a Cai,
que un año sin cantarle me hizo comprender
que si le falto me muero, malas puñalás me den.
Francisco Javier Márquez Mateos y David Márquez Mateos
‘La comparsa de Momo’ – 2008