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Qué casualidad que fuera
justo en tiempos de elecciones
cuando en Cádiz consiguieran
abrir el museo de nuestras pasiones.
Se abrió de aquella manera
por si perdían la alcaldía
y para colgarse medallas
y decir “esta boca es mía”
jugaron con los sentimientos
de la fiesta que tanto querían.
Y ahora salen de las tripas
de las mismas tripas
y aquí vienen entripaos
otro año entripaos
pues las primeras visitas
sólo fueron sus invitaos.
De las tripas, de las mismas tripas
porque ya con este tema
perdí la ilusión.
Toda la vida esperando
casi mendigando
y sin darnos cuenta
aunque falta contenido y no convenza
ya las puertas están abiertas.
Venga, pasen al museo
de la vergüenza, de la vergüenza.
Carlos Pérez Pérez
‘Los que salieron perdiendo’ – 2024