Yo quiero que se quede muy clarito
el tema que mi pasodoble trata
quisiera que sonara como un grito
y que se entienda sin meter la pata.
Y me refiero al jurado del Falla
a ese que valora un sentimiento
al que nadie discute y se traga
la forma y la razón de componerlo.
Se busca un nombre que lo pueda presidir,
no importa que no tenga idea en la materia,
un secretario para jubilarlo aquí
y unos vocales que rellenen la platea.
Se leerán declaraciones en la prensa,
los personajes a la luz pronto saldrán
y como siempre la afición se dará cuenta
que hay bastantes nombres que se repetirán.
Y mientras tanto se va montando la farsa
alguno dirá en su casa: “ole, por fin…
ole, por fin ya tengo cuelo”
dejando fuera a aficionados que darían
lecciones de categoría
y sentimiento por su pueblo.
Para un jurado que puntúa a los nombres
hacen falta unos nombres que se quieran mojar.
Y que hagan caso a todo un pueblo
cuando al grito de “ole” aplaude a rabiar
que tanto reglamento va matando el momento
cuando la magia se vuelve cantar
y por el aire se mueve un destello
que levanta el vello
cuando Cádiz suena y tiene carnaval.
Luis Manuel Ripoll Lázaro
‘Los bulería’ – 2010