Dicen los entendidos que la democracia
es todo lo contrario de una dictadura,
que con este sistema la vida se alarga
y agrandan las fronteras de nuestra cultura.
Los grandes capitales serán controlados
para que el pueblo tenga justicia y trabajo
y se acaben los chollos de los caraduras.
Será verdad, será verdad,
pero por el profeta que quedan caciques malvados
que con la clase obrera están haciendo estragos
y están poniendo al pueblo de malas hechuras.
Ah, los astilleros de nuestra bahía
los están condenando a morir sin piedad
sin miramiento con pena y descaro
van sangrando a Cádiz y a Puerto Real.
Yo no sé, no,
pasaron cuarenta años,
pasarán otros cuarenta,
Dios dirá cuál fue peor.
Democracia quiero yo,
dictadura ya no quiero más,
no no.
* * *
Diego Caraballo Blanco
Raza mora, 1978