Qué fácil es llenarse la boca
con coplas de palabras vacías,
qué fácil es juntar cuatro letras,
levantar un teatro
desde la hipocresía.
Qué falsos suenan los golpes de pecho
pidiendo igualdad y respeto
a la mujer en Carnaval.
Qué fácil es y queda muy bien
de cara a la galería
pero qué poquita gente
la quiere tener cerquita
cantando codo con codo
como si fuera una más.
De qué sirve pedir igualdad
si luego no es cierto
si después nunca vais a poder predicar
con el mismo ejemplo
si luego le dais su sitio
en el patio de butacas
pa que se coma por dentro
mientras que tú eres el que canta
para que te anime y te grite,
para que te toque las palmas.
Mientras tengamos que lamentar
comentarios fuera de lugar
sobre las cachas
que tienen mis compañeras
y no tengan total libertad
de subirse contigo a cantar
ya me está sobrando el oportunismo
en vuestras letras.
Feminismo que se utiliza como recurso
no hay forma más miserable
con la que arañar unos puntos.
Feminismo barato para esconder
el papel que le estáis dando a la mujer
en nuestro concurso, nuestro concurso, nuestro concurso.
Antonio Bayós y Rubén Cao
‘El barrio negro’ – 2020