De roja y gualda
las ventanas y los balcones
ondeantes los colores
eran los de nuestra alma
De roja y gualda
se tiñeron corazones,
esos que en tiempos mejores
de amarillo palpitaban.
De rojo y gualda
nuestros hijos to el verano
con camisetas
de Puyol y Sergio Ramos
y tos contentos
porque en Cádiz hace ya tiempo
que algo así no celebramos.
Dio, envidia sana me dio
al ver llorar de alegría
a tantos niños aquél día.
Recuerdo, semanas antes recuerdo
los que llorábamos, algunos,
cuando bajábamos al infierno.
Óigame, Señor Muñoz,
se ha cargado usted los sueños
que tenía nuestra afición,
sueños por un centenario
sueños por una pasión,
la pasión de ser cadistas
sin tener compensación.
En mi casa el amarillo
siempre fue una religión,
allí comulgó mi pare
y allí he comulgado yo
y mi niño va por Cádiz
vistiendo de otro color
porque un chufla y usurero
le ha robado su ilusión.
Juan Antonio Bocuñano Llamas y José Antonio Gómez Rodicio
‘Las fans de los santos’ – 2011