Al salir de los ensayos
como hago siempre
yo me tomo una cerveza
en algún bar
y me quejo de las noches
que hace el noviembre
que cuesta meter las letras
una hartá.
Hasta luego, Manolita,
besos hijos mío,
que se va papá corriendo
para ensayar
y pensar que cuando venga
ya están dormíos
cuántas veces he maldecío
este veneno del Carnaval.
Vaporcito de El Puerto cuando en ti
yo me embarco cuando en ti
mi corazón navego
tantos años creciéndome al cantar
y ahora me lo quieren pagar
llamándome guarro y pesetero.
Que no piensen que se podrá pagar
ese esfuerzo que yo hago
con tanto cariño.
Mas con las heridas de estas guerras
seguiré defendiendo a mi tierra
porque yo soy de Cádiz su soldadito
y mi contraseña por siempre será
“me ahogo fuera como un pescaíto”.
Emilio Gutiérrez Cruz, Juan Miguel Villegas Mejías, José Luis Ballesteros Castro y Antonio Martínez Ares
‘Los príncipes encantados, gracias, igualmente’ – 1991