Qué se siente sin fuerzas maestro
pues son muchos los cursos encima
y es que ya no descubres como antes
la ilusión que dejó encendía
porque ves que hoy en día no interesa
esa forma de instruirnos
como un viejo profesor
y esos que aplaudían su enseñanza
ya aprendieron en sus casas
no respetan su lección.
Recuerdo siendo un niño
cuando enseñabas en nuestra escuela
cómo hay que comportarse
ya se ganara o se perdiera.
Tiriritiriritiritrán
y nos transmitías con gran esmero
todo el arte y la tradición
que legó la historia de sus abuelos.
Decidiste, maestro,
no seguir en la enseñanza
pues los años pronto pasan
y tus huesos se resienten.
Decidiste dejarlo
sin tus clases magistrales
ni en un tango con el arte
que supiste heredar.
Deja ya de sentirte como un abuelo
que todavía tiene remedio
tus huesos viejos y tus achaques
deja que tu reúma lo cure un tango
y vuelva a nuestra escuela para enseñarnos.
Que el coro de la Viña
es mi maestro, es mi maestro
el que me enseña a cantar los tangos.
Fernando Migueles
‘Coroterapia’ – 2016