En este mundo tan loco
de los carnavales,
donde un concurso acapara
toda la atención
se confunden pasiones
tirando por tierra al contrario
y por llevarnos un premio
vendemos el alma al diablo.
Que nos volvemos mezquinos,
y le damos la espalda
a las virtudes del vecino
y confensar, evitamos confensar,
que se le levanta el vello
¿por qué le negamos un ole
a un pasodoble de bandera
por ser el de un compañero?
Puntera, si aqui somos gente
sencilla y puntera,
que coño tiene este concurso que al final
la sangre nos envenena.
En carnaval,
la satisfacción mas grande
que te pueden dar,
son esos aplausos
que te brinda tu rival,
quien mejor que tú
sabe lo que cuesta llegar.
Vamos a aplaudir
un buen pasodoble,
un buen tango, una cuarteta,
valorando nuestra fiesta
sin importarnos quien firme las letras.
* * *
Juan Manuel Braza Benítez
Los revelaos, 2008