Salvo decisión sorpresa, la denuncia por la posible sustracciónestá abocada a cerrarse sin depurar responsabilidades
Fiscalía denunció que el cuadro pudo ser robado, un delito que estaría prescrito
Lo saben bien las familias que llevan luchando hace meses por que los jueces investiguen sus denuncias por posible sustracción de recién nacidos en décadas pasadas. El caso de los bebés robados está colisionando una y otra vez contra la pared del archivo. Unas denuncias que ningún juez de la capital ha estimado por ahora al entender que los delitos que deberían investigarse ya están prescritos. La sombra del sobreseimiento amenaza también a las pesquisas relacionadas con la desaparición del cuadro de ‘Los Mojosos’, una pieza del dúo artístico Costus, que supuestamente se perdió a finales de la década de los noventa. Distintas fuentes judiciales consultadas por este periódico coinciden en el análisis que hacen sobre el recorrido que puede tener la denuncia formulada por la Fiscalía de Cádiz el pasado mes de julio. Todas concluyen que el archivo puede ser el fin más que probable. El Ministerio Público elevó a los juzgados un escrito para solicitar la apertura de diligencias encaminadas a resolver un posible delito de hurto. La denuncia se circunscribe a esta conducta delictiva y descarta la existencia de indicios de otros delitos.
A partir de la última reforma del Código Penal, el hurto pasó a tener un plazo de prescripción de tres a cinco años. Dicho plazo comienza a contar desde el momento que se produjo la desaparición, extravío o robo del cuadro de Costus. Según el informe que realizó en 2008 la Policía Local de Cádiz, ‘Los Mojosos’ permaneció en la imprenta Jiménez Mena hasta el 1 de diciembre de 1999. A partir de entonces, nadie afirma haberlo visto y la versión oficial es que está extraviado. Por tanto, si se toma esa fecha como momento de ocurrencia de los hechos, el archivo del caso está cantado.
Lo mismo ocurriría con el delito de omisión del deber de perseguir delitos. Desde el Grupo Municipal Socialista se hizo hincapié en la dejación del Gobierno local no solo en la custodia de un bien artístico público que actualmente está perdido, sino también en la pasividad mostrada a la hora de investigar qué pudo pasar en el camino que debió recorrer el cuadro entre los citados talleres y la Fundación del Carnaval, de donde había salido previamente para la elaboración de la portada del libro de actas del VIII Congreso del Carnaval. Y es que desde 1999 a 2007, cuando el periodista Javier Osuna se percata de su desaparición durante un trabajo de recopilación de información en el Archivo Municipal, oficialmente nadie se dio cuenta de que faltaba un cuadro de una serie de siete piezas que se exponían en las dependencias de la Fundación.
La Fiscalía ya se pronunció sobre esa supuesta inacción del Consistorio, agarrándose a las pesquisas que realizó la Policía Local a partir de que los medios denunciaran su desaparición en 2007 para negar que las autoridades municipales incurrieron en un delito. El Ministerio Público no encuentra pruebas de que el Ayuntamiento o la Fundación supieran de su desaparición pero lo ocultaron.
Cabría la posibilidad de que el juez que reciba la denuncia sí observe índicios de esa inoperancia municipal, pero en cualquier caso, el plazo de archivo para ese delito es el mismo: cinco años.
Las mismas fuentes consultadas señalaron que en ese sentido, la autoridad judicial podría abrir el abanico de posibles delitos a investigar, de mayor enjundia y que salpicaran directamente al Gobierno local, pero igualmente parece poco probable a tenor del informe policial realizado y la postura de la Fiscalía, expresada en su denuncia. De confimarse el archivo de la denuncia, el cúmulo de despropósitos habría sido determinante para que la desaparición de ‘Los Mojosos’ no acarree ninguna responsabilidad penal. El tiempo transcurrido sin que nadie hubiera formulado denuncia o hubiera abierto una investigación para saber el paradero del cuadro, es fundamental para que a día de hoy, el extravío de un bien artístico, que compró el Ayuntamiento con dinero público, se quede en una simple anécdota periodística.