Es la cabeza visible de un colectivo de 363 autores carnavalescos, que carga con la organización y gestión del Concurso musical más popular y polémico de Andalucía, el del Carnaval de Cádiz, que empieza el próximo viernes. Miguel Villanueva, de 60 años, es profesor en el colegio San Felipe Neri de Cádiz, y ha sido autor e integrante de agrupaciones prestigiosas y premiadas, aunque ahora está retirado del mundo de la competición. Es la segunda vez que ejerce como presidente de la Asociación de Autores, de la que es fundador.
-Me pregunto por qué alguien quiere estar en este puesto tan complicado.
-A mí me encanta. La gran mayoría de la gente del Carnaval de Cádiz confía en mí, porque soy independiente, no participo en ningún concurso, tengo capacidad de trabajo y, hombre, algo conozco del tema.
-¿Entonces es por figurar?
-Todos tenemos un poco de ego, hay que reconocerlo, pero más que por figurar yo me siento como practicante de una religión en la que uno cree. Yo estoy metido en muchas cosas, y si he vuelto es porque hubo un problema en la presidencia, y hacía falta un hombre de refresco.
-De todos los males que se le achacan al Concurso de Carnaval ¿cuál es verdad?
-Vamos a ver: el Concurso cada vez está mejor. Quizá tiene de malo la baja cuantía de los premios económicos. Deberían ser más acordes con la importancia que tiene. Y debería tener una apertura más a lo grande. Necesita también que la ciudad se dé cuenta de que no hay nada que concite más interés sobre Cádiz a nivel mediático que el Concurso. Hoy día vienen agrupaciones de toda Andalucía, y de toda España.
-Y hay quien dice que esta avalancha forastera le hace perder autenticidad.
-No mientras haya un contrapeso gaditano fuerte. Estamos aunando tradición con innovación, el carnaval espectáculo con el de participación popular. En realidad, los políticos deberían darse cuenta de que no hay muchos acontecimientos que articulen tanto a Andalucía como este. Toda la variada tradición carnavalesca andaluza ha terminado tomando el modelo de Cádiz. Eso para nosotros no es malo, para los demás, a lo mejor.
-¿El Carnaval representa lo mejor y lo peor de Cádiz?
-Lo peor, nunca. Hay últimamente en Cádiz unos intelectuales de muy poca monta que creen que el Carnaval es el paradigma de todos los males de Cádiz, que parece que hasta la culpa del paro la tiene el Carnaval. No es así, el Carnaval da trabajo y dinero.
-Y por eso viene gente de fuera.
-Aquí siempre ha venido mucha gente a coger ideas, desde caricatos hasta cantautores. Hay constancia histórica de que a principios del siglo pasado venían hasta ciegos a Cádiz para aprender cosas que luego cantaban por toda España.
-¿Y todo eso no se sabe?
-Hay que darle al Carnaval la importancia que tiene. Sin embargo, aquí siempre estamos dando la imagen de que Cádiz es una ciudad de gente ociosa, que no trabaja…
-Pero esa imagen también se fomenta desde el propio mundo del Carnaval.
-No. Son unos pocos graciosos que, con vista comercial, han optado por esa forma de vender Cádiz. Hay una anécdota del famoso cantaor Ignacio Espeleta, al que en los años cuarenta le pidieron la documentación en Madrid, y al preguntarle en qué trabajaba, él respondió indignado: “Oiga, le he dicho a usted que soy de Cádiz”.
-Eso también nos lleva a la supuesta gracia de Cádiz, que muchos niegan.
-Bueno, vamos a ver, cuando en Cádiz alguien cuenta algo gracioso, si parte de la universidad o del mundo intelectual, la gente se descubre. Pero si viene del mundo popular, se le desacredita. Lo que se ha dado es un fenómeno digno de estudiar, que el Carnaval ha pasado de ser utilizable por los políticos, incluso para vender votos, a sacudirse la tutela, y entonces ya no gusta a los políticos, ya se desprestigia desde arriba. Hay una realidad: esta fiesta nunca nadie la podrá dirigir, porque tiene un espíritu ácrata. De hecho, los grandes autores son los que han roto barreras ideológicas, porque han cantado a todas las capas sociales.
-¿Sobran la mitad de los participantes?
-Aquí no sobra nadie. Incluso al que viene con poca calidad hay que darle la oportunidad de que vaya mejorando. Cualquier agrupación tiene algo que aportar siempre.
-¿No va con el Concurso un mundillo de conspiraciones, maniobras, envidias…?
-Yo creo que va más con él un ambiente de intentar superarse unos a otros, aunque también de los que persiguen eso del figurar, los llamados enfermos del carnaval, dicho con cariño, que como no pueden destacar en nada tienen que estar ahí.
-¿Qué podemos esperar para este año?
-El Carnaval de Cádiz tiene este año muy buenas hechuras. No sé por qué, pero tengo la teoría de que los años de crisis dan muy buenos carnavales. El año 35 ha sido el mejor Carnaval de la historia. Porque cuando la gente tiene poco dinero es cuando más se tira a la calle.