Cruzándose toa la vía
se preguntaban, se preguntaban
la calle de Sacramento
y de Sagasta una mañana:
-¿De dónde vienes, Sagasta?
-Yo vengo de Capuchinos
de despertar a los balcones
y callejones con un café.
En la esquina de enfrente
te compré un ramo de flores
reside en San Lorenzo
que en cruce te veré.
Sacramento corriendo
baja al Parque, pasa el Falla,
luego en San Felipe deja
a los niños pa que aprendan
y las dos calles se ven.
Por la tarde va Sagasta
al comercio pa comprar,
calle Ancha, San Francisco
que allí se queda sentá.
Sacramento la tarde entrega
en Candelaria a sus viejecitos.
No son calles, tienen vida,
son dos caminos benditos
que se van abriendo al paso que caminamos
y que cruzan la vía de este pueblo
de este pueblo gaditano.
José Marchena y Fernando Migueles
‘La Frontera’ – 2000