Hay un refrán que es mi cruz,
mi tormento y mi dolor:
“Entre todos la mataron
y ella sola se murió”.
Tan solo Dios pue curar
el sufrimiento
de esta tierra gaditana
que se hunde por momentos.
No tiene nadie cojones
pa curar tantas herías
como quien está demente,
señora del Occidente,
que se muere en agonía.
Ella siempre soñó que sus males se terminarían
con aquel esperao momento de la Transición
pero viendo que aquella esperanza se desvanecía
se enreó en su alma la desilusión.
Cenicienta de la Dictadura y de la Democracia,
cayó en la desgracia y en la humillación.
Bella que fue siempre
el espejo donde el mundo se miraba
con su arte y grandeza
hoy se muere de dolor
viéndose tan sola, sola con su pobreza.
De vergüenza está rayando en la locura
viendo que pa sus hijos
no están queando salías ninguna.
Ay, Cai del alma mía,
quién te ha visto y quién te ve,
que se muera el malnacío
que a ti no te quiera bien.
Pero no te desesperes
que a este viejo que es cristiano
le ha dicho tu Nazareno
que va a curarte pa que no sufran los gaditanos.
José Manuel Prada Durán
‘El viejo refranero’ – 1996