Joaquín Quiñones no sólo aprueba esta iniciativa sino que considera que llega tarde. Sin embargo, apunta que le resulta “curioso que el recorte quieran hacerlo ahora, cuando la persona encargada de pregonar la Fiesta va a ser un carnavalero. Aún recuerdo cómo se ninguneó a Fletilla”, añade. En la misma línea se expresa Antonio Martín, que señala que el próximo pregonero será “un conejillo de indias”. Y aunque también afirma que dedicar 250.000 euros en un pregón es “un crimen”, se pregunta qué personaje de prestigio va a querer ahora, con tantas condiciones, subir al tablao de San Antonio.
Julio Pardo señala que ser pregonero del Carnaval gaditano es “un honor del que no hay que abusar”, y defiende que la calidad del pregón no depende de su cuantía. Asimismo, Juan Carlos Aragón considera que lo importante de ese festejo no es el montaje, sino el texto, por lo que apoya la limitación económica. A los autores Antonio Rivas, Juan Manuel Braza y Selu García Cossío también les parece apropiado reducir el gasto, al igual que a Antonio Pedro Serrano ‘El Canijo’, pero siempre y cuando la cantidad ahorrada no se despilfarre en “comilonas o en propaganda electoral”.
Una opinión distinta la ofrece José Antonio Vera Luque, que se pregunta qué trasfondo tiene el pregón: “Si es para vender la fiesta al exterior con un rostro conocido, 150.000 euros pueden quedarse corto, y si es para rendir un homenaje, puede ser mucho”.
Nandi Migueles, en cambio, no está de acuerdo con la medida: “Quitarle dinero a la fiesta del Carnaval es empobrecerla. Hay que buscar más recursos económicos para que crezca, ya que lleva años estancada”, expone.