Pasodoble del brujo de la chirigota ‘Los julianes’, 1er premio del carnaval del 58, espero que les guste
Hay quien dice que Cádiz no tiene fiestas,
ni feria que aventaje a otras capitales,
más queremos advertirles al que así desprecia ,
que que nos dicen de nuestros carnavales,
ni romerías ni ferias en esta tierra,
es verdad que no tienen los gaditanos,
pero que vengan muchos y se den cuenta,
que Cádiz está de fiesta todo el verano,
si no es campero,
es porque es andaluz fino y marinero,
pero es castizo,
desde puerta de tierra hasta los hospicio,
si no sabe lucir el traje de montar,
es porque a los de aquí ,
no le sirven los caballos para ir a pescar,
comprendo que es de maravilla ,
tener la jaca enjaezá,
pero yo tengo una barquilla,
con una gracia en la quilla,
que pa que te vi a contar,
por eso Cádiz tiene un sello,
de noble fino y señorial,
y aquí se puso el non plus ultra,
que traducido resulta,
después de Cádiz ni hablar.
Pasodoble de esta chirigota sevillana que se ha ganado su hueco en el Carnaval de Cádiz, en el año 2006 fueron 3er premio con “Esto es pa verlo”, este año con letra de Julián Balmón Fernández y música de José Antonio Alvarado Ramírez.
Como siempre tuve claro que aun existen dos España,
de que hoy se siga hablando,
de una lucha entre dos bandos,
la verdad es que no me extraña,
por un lado hay una España de Dios y la economía,
y otra que si no trabaja ya no come al otro día,
una que se manifiesta por poner pan en su casa,
la otra por que dos personas del mismo sexo se casan,
una pide que se atienda,
el derecho a la vivienda y un salario en condiciones,
la otra exige privilegio,
y que impartan los colegio la religión por cojones,
una solo yendo a misa,
y cambiando de camisa,
ya ha lavado su conciencia.
la otra esperando un milagro,
mientras que hace en los andamios,
su estación de penitencia,
una habla del terrorismo,
pero al nazi y al franquismo,
sigue haciendo reverencia,
esa es su España Mariano,
la de los buenos cristianos,
tan justos y tolerante,
que repitiendo la historia,
fusilaron la memoria,
del que fuera Blas Infante.
Esa, que me dio a mí la vía
la que presume tanto
de ser de la viña
aunque tiene ya el pelo blanco
cuando habla de su barrio
se vuelve una niña.
Esa, que es mi noche y mi día
cuando riega geranios
me cuenta y no para
de ese rinconcito, capricho del cielo,
donde ella jugaba.
Sueños de niños caleteros,
dueño de su calle Lubet.
Hablando de su Caleta
toas las penas se le olvían
yo no he visto otra viñera
como esta mare mía.
Nunca me cantó una nana
cuando me tuvo en sus brazos
porque al son de unos tanguillos
me dormía en su regazo.
Mi mare estos sentimientos
la viña lleva tan dentro
que se le desborda el alma
cuando dice que en su vía
se ha perdío una recogía
de su Cristo de la Palma.
José Manuel Prada
“Al compás de mi cepillo” 1988
Yo me enamoré de ti
por culpa de los carnavales,
desde entonces no se si vivir
o morirme a raudales.
Pero ya me enamoré
y como con los corazones,
nunca gana razones,
mis razones las voy a perder.
Ya se cual es tu ventana,
por si se abre algún día,
la luz de cada mañana
se meta en tu cama y te de la alegría,
y con las manos vacías,
abras la que yo sabía que fue tu ventana.
Y si pa mí gaditano
algún diíta la abres,
que sepas que yo tu mano
no se la pido a tu padre.
Tu padre tiene la suya,
así que puestos a pedir,
si yo pidiera la tuya
como es tu mano y es tuya,
te la pediría a ti.
Te estoy pidiendo la mano,
dámela por carnavales,
o me chivo a tu padre
y le digo que te amo.
Y que pa colmo de males
salgo en carnavales
y soy gaditano.
Juan Carlos Aragón Becerra
“1800, Los Inmortales” 2004
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Un pasodoble de los mejores de este autor (a mi gusto, claro) y que pertenece a una comparsa que (por desgracia) no consideró el jurado que debía estar en la final de ese año, de todas formas aquí está este pasodoble.
La soledad es testigo
de mis castigos y glorias.
Primera de mis amigos,
la llevo conmigo igual que una más.
La soledad me hace libre,
la soledad no me engaña,
cuando el mundo se va,
soledad es la última que me acompaña.
Y es la única hermana
que vence a la puesta de sol cada tarde,
la presunta culpable del amanecer
solo ante mi ventana,
la que llena mi cama
de amores y niños,
de abuelas y padres.
Ay, mi soledad,
a nadie nunca como a ti le he sido fiel,
a lo mejor te llevo un día ante el altar,
porque, en verdad, quiero contigo envejecer.
Ay, mi soledad,
hemos cruzado tantas ciénagas los dos,
tantos secretos que no podemos contar
tantas palabras que dirían que es amor.
Ay, soledad que a tu manera,
subes y me das la mano
y así los dos caminamos
juntos por la carretera.
Ay, soledad, pa mí,
que yo soy un varón,
y tu silueta de mujer
tiene el deseo embriagador,
de otras mujeres que ya no
me inspirarán estas canciones.
Aunque muera contigo,
por Dios, soledad,
solamente te pido
que no me abandones.
Juan Carlos Aragón
La banda del capitán Veneno – 2008
Lo “Mejó de lo Mejón” prepara su cartel con las agrupaciones más destacadas