buscando conseguir alguna presa
saben estar siempre ocultos
para que nunca nadie se de cuenta.
Lanzan anzuelos sin problemas
buscando tan sólo inmaduros
y van saciándose de orgullo
cuanto más pecan.
Sus redes se colapsan por segundo
repletas de criaturas indefensas.
Y sin pensar las consecuencias
siguen viviendo cada día
sin que haya nadie que se entere
mientras no haya policías
almacenan mercancía
mercancía, mercancia…
pa sus clientes.
No conocen la vergüenza
y hasta niegan lo que hacían
cada vez que los detienen.
Son como pulpos que actúan
estando siempre escondíos
y muchos saben que nunca
recibirán su castigo.
Para aprovecharse de un chiquillo
hay que ser cabrón e hijo de puta,
un cobarde que nunca madura
por complejo manchado por vicio.
Que publiquen su nombre y que sufran
por ser los que abusan
tan sólo, tan sólo de un niño.
Luis Manuel Rivero Ramos
“La Catedral del Mar” 2008
______