Con el cariño y devoción
que merece cualquier madre,
hoy en mi copla alzo la voz
con más rabia que alegría
para expresar de corazón
y exaltar en homenaje
vuestro coraje,
madres de Santa María.
Que una vez más se despertó
la conciencia de ese barrio
por vuestra lucha y pundonor
y ese amor que hace milagros.
Y una vez más se hecho sentir
vuestra verdad como un clamor,
que no hay valor
ni vergüenza en unos gobernantes
pa ir delante de una procesión
mientras que vuestra pena,
las noches en vela,
ay, madres del alma,
ronda por las esquinas
implorando la vida
en una plegaria,
plegaria que yo canto
envuelta en un manto
de esperanza y fe.
Homenaje que quiero rendir
a esas madres que hoy solas se ven
detrás de un hijo
igual que alma en pena
va la Cigarrera,
Dolores y la Merced.
Antonio Martín García
‘Los principiantes’ – 1995