Yo sé que eso es muy difícil,
yo sé que cuesta trabajo
reconocer que en lo que uno ha hecho
está equivocao.
Yo sé que cuando se ha puesto
to la ilusión,
se ha echao el alma y el corazón
siempre se piensa uno que ha acertao.
Yo sé que en esos momentos
felicitar a los que triunfaron
es un trago muy amargo
que se hace difícil superar.
Yo sé que en esos momentos
to el mundo piensa que se ha colao,
que es un mafioso que to lo arregla
y en su lugar debería yo estar.
Que a ese jurado ese lo nombró
y el concejal al coro ayudó,
ese que así habla
seguro que antes ya lo intentó.
Lo que deberían hacer
en vez de tanto hablar y hablar
no querer seguir viviendo más del cuento
y dejarse de tantos fantasmas como estás viendo
y estrujarte más el coco
a ver si haces algo bueno
que ya llevas muchos años
perdidito en el desierto.
Pobre diablo,
pobre diablo que tu cabeza no da pa más.
Préparate un buen coro para atacar
y no hagas cuerpo ni los demás
y así verás donde vas los tiros.
Y si al fin este año
suena la flauta y te dan un premio
sin echar veneno y sin yo jalarme de mi flequillo
la enhorabuena iré yo a darte
como he hecho siempre, como he hecho siempre
cuando he perdío.
José Luis Sánchez del Pino y Salvador Longobardo Tirado
‘El coro de los niños’ – 1995