Recuerdo que siendo niño
al carnaval cambiaron de nombre
recuerdo que siendo niño no lo entendía
pero yo también recuerdo con alegría
que por culpa de ser niño
con esas cosillas me divertía.
Tenía tres cabalgatas
llenando mi fantasía
de bufones y piratas,
de duendecillos que me miraban
de gigantescos muñecos
que se acercaban y me asustaban.
Recuerdo las serpentinas
cómo colgaban de los balcones
y el sábado derramando
miles de tipos por la ciudad.
Las chirigotas cantando
por to los bares sus pasodobles
y como era solo un niño
tantas montañas de papelillos.
entorpecían mi caminar.
Entre Dolores, Lolas y caracolas
Pedro Romero cantar
jy hasta Paco con su comparsa
a la Caleta dándole celos
y con el corazón del coro de antaño
al Quini en su batea
siempre cantando tangos.
Entonces no venían trenes de fuera
mi carnaval no era de botella,
de borrachera y de suciedad.
El carnaval recuerdo
que era una mascarada
el piropo marinero
del gaditano a la gaditana
el carnaval no era
como es ahora un estercolero
el carnaval era entonces
algo muy nuestro, tan sólo nuestro.
Aunque solo era un niño
a mí se me grabó siempre en el recuerdo.
Y ahora que con el tiempo
me he convertido en carnavalero
pienso igual que aquel niño
y nada busco con más cariño
que vuelvan a Cádiz los papelillos,
las serpentinas y los plumeros.
José Luis Sánchez del Pino y Salvador Longobardo Tirado
‘Carnavaleando’ – 1994