igual que un choco
llevo cien años,
vivo por poco.
Cien años ya
de sube y baja
¡Qué fatiguita!
¡Cuántas batallas!
Pero saco el periscopio pa mirar
y me da tanta alegría verte a ti.
Y aunque sepa que te hundes sin parar
digo viéndote bonita.
Y me vuelvo a sumergir cien años más
en el mar de los suspiros de mi tacita.
Y yo me ahogo, me ahogo, me ahogo.
Me atraganta mi propia saliva.
Porque cuando te digo te quiero
si te engaño me quiten la vida.
Y yo me hundo, me hundo, me hundo
Me corroe los celos y la envidia
al saber que hay otros tantos
que te adoran como yo
y prefieres sus piropos
a los que te digo yo
Y yo me muero, me muero, me muero
si al final tengo ya que rendirme
y le das tu amor a otro chirigotero.
Manuel Santander Cahué
‘El submarino amarillo’ – 2010
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