Mi religión otorga
al ser humano inmortalidad
existe la creencia
mitad leyenda mitad verdad
que las cosas no mueren
sólo se marchan a descansar.
El descanso y la calma
le dan al hombre su libertad
y aunque tú, viejo Cai,
no estás para mucha filosofía
y escuchaste palabras
que nunca llegaron a realidad,
no miento si te digo
que hay mucho de cierto en la vieja teoría
que en muchas de tus cosas
que ahora reposan lo puedes notar.
A pesar de que digan
que muere algún viejo carnavalero
en algún nuevo cielo
estarán ensayando para cantar.
Ese viejo Balneario
que solo y triste aparece
cercano está el día que siga
siendo testigo de amaneceres.
Si miras al cielo verás
cómo tras la oscuridad
aparece orgullosa la luna llena
en el cielo, en el cielo de Cai
como presagio de vida nueva.
Nunca mueren las flores de la Alameda
dime si el sol está agonizando
o simplemente está descansando
bajo las aguas de la caleta.
Eduardo Bablé, Antonio Rodríguez, Antonio De Carlos y Salvador Longobardo
‘Barrio chino’ – 1990