Mi abuela nació descalza
y descalza se crió.
La mozuela con sandalias
fue pisando las desgracias
que en la senda se encontró.
Con alpargatas de esparto
apartaba los quebrantos,
las hambres y la necesidad.
Con botas de campo para labrar,
botitas de agua pa ir a la mar,
lustrando calzados viejos
pa algún domingo,
y con un poquito que guardó
unos zapatitos nuevos compró
pa casarse con mi abuelo
en aquella mañanita de abril.
Y con babuchas de paño,
educadoras de antaño,
fue pariendo y fue criando
al calor de algún puchero.
Zapatillas pa la casa,
de rejillas pa la plaza
y la vida se le pasa
sin lucir nunca un charol.
Y caminando
para el parque con su nieto
siempre fue de casa al médico
y colegio a la carrera.
Siempre anudándome
bien fuerte los cordones
desataos de mi niñez
y ella desgastando suela.
Ay cuántos secretos podrá contar
y cuánta paciencia, cuánta bondad,
y cuántas lecciones
en los zapatos de las abuelas.
José Miguel Romero Martínez, Juan Antonio Sánchez Carrasco
‘Los lengüetas’ — 2024